Ironías tiene la vida

Por fin había atrapado al Robín Hood virtual, un delincuente informático que se había convertido en una leyenda urbana. Según los rumores, lo que obtenía con sus estafas solía repartirlo a familias necesitadas. Ahora disfrutaba de su triunfo, mientras daba cuenta de unas crujientes patatas fritas y una cerveza, Sin embargo, lo más sorprendente del caso, fue descubrir que el susodicho era apenas un adolescente.

Algunos años después…

Tras varias denuncias, todas ellas con un delito y “modus operandi”, idénticos. La investigación fue encomendada a uno de los detectives con más experiencia al que le asignaron un antiguo hacker como asesor civil. «¿Un friki para guiarme?, menuda sandez», pensó el detective al salir del despacho del comisario jefe.  

Sin embargo, en el suyo, le esperaba una mayúscula sorpresa.

—Detective, es un placer volver a verle escuchó al entrar.

Dirigió su mirada hacia la persona que le saludaba, tan solo pudo balbucear:

—¿Tú?

—Cinco años después nos volvemos a encontrar. Pero Ironías de la vida, esta vez estaremos en el mismo bando. 

 

 

 

 

PUNTO DE INFLEXIÓN   Laura continuaba con su nueva vida, la cual comenzó aquella noche cuando se cruzó con la imagen que reflejaba de ella, ...

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