LOS ESCENARIOS EN LA BÚSQUEDA DEL YO



¿Por qué?
Hay momentos en los que es necesario ordenar el “trastero” recolocar, etiquetar, eliminar. Quedarse con aquellas vivencias sean positivas o negativas que a lo largo camino han conformado tu personalidad, pero eso sí, colocadas en sus correspondientes estanterías y debidamente etiquetadas. De esa forma cuando necesites o quieras hacer inventario lo harás sin dificultad y valorando en su justa medida lo obtenido y el camino recorrido, si no sabes el punto de partida no conocerás el trecho andado.

Paloma Cobollo Castillo




Esther Camacho





 




Inmersión

Se detuvieron junto a la barandilla del mirador. A sus pies, rompían las olas contra el acantilado.

Para Pedro, la visión del rompeolas, reflejaba lo que ocurría en su mente. Su timidez era pétrea como las rocas que las olas intentaban desgastar.

Giro su rostro, cerro sus ojos ante el envite de una impetuosa ola, después, en sus labios sintió una cálida y salada humedad.

          Tardo unos segundos en abrirlos, lo que parecía una ola, era la mirada de unos verdes ojos y lo que humedeció sus labios, un ardiente beso que erosionó su timidez. A continuación, fue él quien se sumergió en la profundidad de aquella mirada y sus labios en los de ella.

 

 


SE TE OLVIDO O ¡NO!

 

En cruenta lucha

un pedazo de mí

 arranqué.

en carne viva

el alma dejé.

 

Hoy, que llego tarde

Allí donde nada ocurrirá,

o demasiado pronto,

 donde todo ya ocurrió.

Te sientas a mi lado,

las mejillas heridas

con ternura limpias.

.

Me dices:

sanarán y cicatrizarán,

que nunca dude

de nuevo ponerlas.

 

Me recuerdas,

para que el dolor

presente no esté;

aquellas lecciones

de resiliencia,

que mostraste

con paciencia.

 

A mi memoria vienen:

tu firme mano,

cuando iba a caer

de aquella bicicleta primera,

las partidas de ajedrez,

en ellas,

del juego y la vida

los entresijos aprendí

 

Pero se te olvido o ¡¿no?!

Tal vez porque tú,

en plena e intrínseca humanidad,

siempre te mostrabas.

Quizás porque tú,

tampoco sabias.

Pero…

No me adiestraste

en ese juego que muchos aprendieron.

Se te olvido o ¡no!

Enseñarme

al escondite jugar.

 

Benet da Silva 21 de marzo 2020

 

EN EL JARDÍN

En mitad de la vereda,

de pie, mirando al horizonte.

Desnudo ante mí,

dejando que el sol

bañe mi piel.


Rompiendo mi soledad,

la brisa del mar.

Abriendo mis ojos

al perfume de la vida.

Aquí, justamente aquí,

en el jardín de la vida,

erguido aún estoy.

 

Una miscelánea de flores

en las orillas entonaba,

su sinfonía de colores sin fin.

 

Rojos de pasión

con fragancia de amor.

Amarillos,

anunciando un adiós no esperado.

Delicados violetas,

verdades, me hacen intuir.

Blancos deslumbrantes

de sonrisas sin descubrir.

Insinuantes verdes,

esperanzas maquillan.

Serenos azules

del alma, alentadores.

Amenazan también,

  grises, en el horizonte

 

No sé,

sí un sueño fue,

o sí tal vez divagué.

Pero vi que,

en el jardín de la vida,

la vereda continua.,

 

Y aquí, justamente aquí,

al final de lo caminado

y en el principio

de lo no andado.

¡Comprendo!

 

QUE VIVIR

¡ES SEGUIR...!

 

Benet da silva 09 de junio de 2021

EN SUS LABIOS....



 

CON UNA SONRISA

Al llegar el anochecer, Javier observaba como caía el relente y el brillo que desprendían las gotas al recibir la luz del foco exterior, en momentos desviaba su mirada hacia la valla que cercaba el corral de las cabras.

«aborrezco a esos sucios animales y su deleznable olor», pensó.

Además, de robarle su libertad, le apartaron de Gabriel, a pesar de intentar suadirlo, de que no se bebiera la leche cruda. De nuevo se centró en la caída del rocío con el fin de apaciguar su nerviosismo, había decidido no perpetuar su soledad y hoy, volvería a contemplar, el rostro de su amado querubín y su tierna mirada.

Se encaminó a la mesa, engulló los somníferos y se tumbó en la cama, y en su último sueño, pudo preguntarle:

¿me recuerdas?

Un beso de Gabriel fue la respuesta.                                  

La mañana siguiente encontraron su cuerpo sin vida, en sus labios una mueca parecida a una sonrisa.

 

 

BAILAN LAS PALABRAS

 

Bailan las palabras

 

Verde extensión

frente a mí,

en ella, el ufano sol

al igual que narciso

busca su reflejo.

Un destello de brillo

cierra mis parpados.

Me pierdo,

y no sé,

si es el mar,

o son tuis ojos

lo que describo.

 

Ante mi

bailan palabras,

jactándose en histérica

coreografía,

que son ellas

la exacta definición

del amor.

Se mezclan,

van, vienen,

componiendo una burlesca

amalgama de palabras

sin sentido alguno.

Y ya, no sé,

si estoy…

Despistado

 dispestado,

dospidtade,

despastido,

potistado,

tepistado.

 

Pero al despertar, supe que;

tan solo tus ojos,

pueden reflejar

el brillo del amor

de tan exacta manera.

Y que la definición

del amor…

en tu mirada está.

 

Benet da Silva 15 de abril de 2020










 

LA DESCONOCIDA

 LA DESCONOCIDA

A pesar de que trataba de cohibir sus pensamientos, no
dejaba de pensar en el último carnaval. Además de la afonía causada por el exceso de euforia, el rubor coloreaba sus mejillas solo recordar la bacanal en la que se vio inmerso con aquel deslavazado grupo por el que se había dejado enrollar. Sin embargo, esto solo hubiera sido una anécdota más, de no ser por la mirada de aquellos ojos verdes en los que la pasión acercaba sus iris a esa especie de istmo que une la nariz a la frente y se había grabado a fuego de manera indeleble en su memoria.
Ni siquiera conocía el nombre de la desconocida que había despertado en él, eso que llaman amor y que llegó sin avisar, pero con un inusual y estruendoso; tuc tuc en su corazón.

PUNTO DE INFLEXIÓN   Laura continuaba con su nueva vida, la cual comenzó aquella noche cuando se cruzó con la imagen que reflejaba de ella, ...

RETAZOS