Una madrina muy exigente
Revisar hasta la última tilde de los documentos de toda
índole, almacenarlos en el nuevo superordenador y protegerlos con una capa de
protección digital, le llevaría semanas. «¿Por qué me tendrá tanta manía?». Pensó la joven.
Días después recibió
el aviso de que al día siguiente debía presentarse a primera hora en el
despacho del director general de la compañía. Conforme se acercaba el momento de presentarse notaba cimbrear
más su cuerpo debido a la tensión, incluso lanzó una plegaria para que aquello
no fuera una encerrona.
Cuando entró en el
despacho, escudriñó la mirada de la otra persona. Quien la invitó a sentarse,
le acerco un documento y dijo:
—Por favor, lea este documento y si está de acuerdo, fírmelo.
No podía creerlo,
sustituiría a la “bruja” que también había sido ascendida. Ni lo meditó,
estampó su firma y se lo devolvió. El, la miro satisfecho y manifestó:
—Espero que esté a la altura de las expectativas creadas, ha tenido
usted la mejor madrina que se puede tener en una empresa, fue su exjefa
quien
la recomendó.