Sabor a fresa
Con el último café que compartirían, habían
asumido que aquel amor era una quimera, brindaron por un futuro pleno de
bienaventuranzas para ambos. El paso del tiempo fue apagando la llama de la
pasión. Aunque, en los pensamientos de él, siempre quedaron resquicios de la
cantarina voz y el caminar bailarín de ella.
Años después, una tarde, mientras curioseaba por
una de las redes sociales, un post llamó su atención. La reconoció al instante,
al hacerlo en sus labios notó una agradable y cálida sensación. Supo en ese
momento que aún no olvidó lo inolvidable, el dulce sabor a fresa que dejó en
sus labios, aquel primer y único beso.