Sabor a fresa

Con el último café que compartirían, habían asumido que aquel amor era una quimera, brindaron por un futuro pleno de bienaventuranzas para ambos. El paso del tiempo fue apagando la llama de la pasión. Aunque, en los pensamientos de él, siempre quedaron resquicios de la cantarina voz y el caminar bailarín de ella.

Años después, una tarde, mientras curioseaba por una de las redes sociales, un post llamó su atención. La reconoció al instante, al hacerlo en sus labios notó una agradable y cálida sensación. Supo en ese momento que aún no olvidó lo inolvidable, el dulce sabor a fresa que dejó en sus labios, aquel primer y único beso.

 

 

pasaron… llegará… Llegó

Por la alborotadora primavera

a través de libros caminé,

en aguas bravas

brazadas sin sentido.

 Transitando el cálido verano,

bailé con la excitante Alyssa

e inciertos senderos leí.

 Ahora en el otoño,

cuando el invierno se aproxima.

Con paso lento y aun la mirada de un niño

por el camino que las hojas caídas abonan

en busca de apaciguados estanques.

 En ese último recorrido, quizás:

las palabras me abandonen,

las brazadas tengan sentido,

pero me arrastren las olas.

Tal vez, Alyssa me seduzca.

Aun así, en el bagaje acumulado

hallo razones para decir: ¡VIVÍ!


Benet da Silva 15 de enero de 2022

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