EN EL JARDÍN
En mitad de la vereda,
de pie, mirando al
horizonte.
Desnudo ante mí,
dejando que el sol
bañe mi piel.
Rompiendo mi soledad,
la brisa del mar.
Abriendo mis ojos
al perfume de la vida.
Aquí, justamente aquí,
en el jardín de la vida,
erguido aún estoy.
Una miscelánea de flores
en las orillas entonaba,
su sinfonía de colores sin
fin.
Rojos de pasión
con fragancia de amor.
Amarillos,
anunciando un adiós no
esperado.
Delicados violetas,
verdades, me hacen intuir.
Blancos deslumbrantes
de sonrisas sin descubrir.
Insinuantes verdes,
esperanzas maquillan.
Serenos azules
del alma, alentadores.
Amenazan también,
grises,
en el horizonte
No sé,
sí un sueño fue,
o
sí tal vez divagué.
Pero
vi que,
en
el jardín de la vida,
la
vereda continua.
Y aquí, justamente aquí,
al final de lo caminado
y en el principio
de lo no andado.
¡Comprendo!
QUE VIVIR
¡ES SEGUIR...!
Benet da silva 09 de junio
de 2021