RECONSTRUCCIÓN
Observó a través de la ventana, aquel enorme edificio del que, tan solo quedaba fachada y esqueleto. Había apostado todo y a ciegas en aquella reconstrucción, conforme avanzaban los días su confianza en conseguirlo mermaba. Después de varios minutos se parto de la cristalera y se asomó al espejo, llevaba meses sin hacerlo, este le devolvió una tétrica imagen, compuesta de piel y esqueleto, ¨igual que el edificio¨, pensó.
La mañana siguiente se dirigió a una floristería, compró once rosas amarillas y solicitó el envío a domicilio, después escribió una nota;
¨Dicen que las rosas amarillas anuncian un adiós, estas once representan los meses que he tardado en aceptar que nunca construiríamos nada solido y el tiempo que tardare en olvidarte, la única duda es; si serán meses o años¨.
Se la entregó al dependiente y se encamino a la salida mientras pensaba; ¨Hoy comienza mi reconstrucción¨.
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