DESQUITE

Fueron pasando las semanas, Asunción y Santiago, apenas se dirigían la palabra, pero desde un tiempo atrás él percibía que la indiferencia era lo único descartable entre ellos.

Una muestra de esto, fue lo ocurrido en una ocasión en la cual ella intentaba alcanzar vajilla, él pensó que tenía la oportunidad de tomarse una pequeña revancha. Se acercó, cogió unos cuantos platos y se los dio, añadiendo:

―Mira que poner las estanterías tan altas. Deberían pensar un poco en las personas más bajitas.

Ella se giró con el gesto torcido. Lucía suelta su larga melena, parte de esta cubría la mitad de su rostro e hizo un femenino gesto para retirarlo. Colocó los brazos en jarras; este gesto y su ajustada vestimenta perfiló aún más su esbelta figura. Le fue imposible apartar la vista de ella, mientras ella replicaba:

―¿Te crees muy gracioso? Sí, soy bajita, pero también muy graciosa ―y puntualizó―: Quedas advertido.

Cuando se separaron, una voz en su interior le advirtió a Santiago, que estaba en peligro de caer en la red del amor.



 

SOLO QUERÍA VOLAR

Cuando escuché atónito toda la serie de ocurrencias y juicios que intentaban acuñar, según ellos; en pos de su felicidad.

Pensé. «A nadie se le ocurrirá que solo quiso volar como antes»,

Recordé la conversación mantenida con el enjuiciado, en la cual pude interrogarle. 

—Supiste desde el principio lo arriesgado de tu apuesta y que ellos, no la considerarían sensata y, aun así, jugaste. ¿Por qué?

Su respuesta fue escueta y tajante

—Sus ojos me devuelven a la vida.

 


BROMAS DE LA VIDA

―¿Qué te sucedió con Encarna? —preguntó Isabel

Santiago se quedó boquiabierto al escuchar la pregunta y tardó varios segundos en reaccionar.

―¿Qué sabes tú de Encarna?, creo que no hemos hablado de ella.

A lo que respondió:

―No me has reconocido. ¿Verdad? ―sin darle tiempo a reaccionar, mencionó la ciudad de Zaragoza, el busto de goya y el pasaje del ciclón.

Desde que se cruzaron sus caminos, Santiago tenía la sensación de haber coincidido con ella en el pasado, pero ni en la suposición más descabellada imaginó aquella situación.

― ¿Ya? ―preguntó Isabel, con naturalidad.

―Si, aunque me parece inverosímil.

―Bromas que de vez en cuando gasta la vida.

 



Crucigrama

Con motivo del trabajo que una de ellas debía presentar en una de las asignaturas de psicología, María y Susana, debatían sobre la importancia de las relaciones familiares en la niñez. Según la opinión de ambas eran determinantes en el desarrollo de las emociones. Conforme transcurría la conversación, Santiago, buceaba a más profundidad en sus recuerdos y apenas intervenía en ella, razón por la cual, Susana se dirigió a él:

―Estás muy callado. ¿Tú qué opinas?

Santiago empezó a hablar y al oírse se percató de que estaba relatando su propia experiencia. Mientras en su mente se formaba un gigantesco crucigrama, que llego a completarse.

Más tarde a solas en su habitación mientras reflexionaba, se dio cuenta de que no conocía el significado de todas aquellas palabras.  

Su única opción para descifrarlo era buscar las definiciones sumergiéndose, en ese gran desconocido y caótico lugar del inconsciente, en el que, para conseguirlo, debía enfrentarse a sí mismo una y otra vez.

¿Le quedarán cicatrices o saldrá indemne de las escaramuzas?

PUNTO DE INFLEXIÓN   Laura continuaba con su nueva vida, la cual comenzó aquella noche cuando se cruzó con la imagen que reflejaba de ella, ...

RETAZOS