BROMAS DE LA
VIDA
―¿Qué te sucedió con Encarna? —preguntó
Isabel
Santiago se quedó boquiabierto al escuchar
la pregunta y tardó varios segundos en reaccionar.
―¿Qué sabes tú de Encarna?, creo que no
hemos hablado de ella.
A lo que respondió:
―No me has reconocido. ¿Verdad? ―sin darle
tiempo a reaccionar, mencionó la ciudad de Zaragoza, el busto de goya y el
pasaje del ciclón.
Desde que se cruzaron sus
caminos, Santiago tenía la sensación de haber coincidido con ella en el pasado,
pero ni en la suposición más descabellada imaginó aquella situación.
― ¿Ya? ―preguntó Isabel, con
naturalidad.
―Si, aunque me parece
inverosímil.
―Bromas que de vez en
cuando gasta la vida.
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