CUPIDO TAMBIÉN VIAJA EN TREN

El traqueteo del tren y el cansancio acumulado cerraron sus ojos. El chirrío de la puerta del compartimento le despertó, entreabrió los ojos y pudo ver a dos muchachas jóvenes que pretendían entrar.

―Buenas noches ―dijeron casi al unísono.

―Buenas Noches ―respondió él.

Observó que una de ellas tenía cierta dificultad para subir a la repisa una de sus maletas y se incorporó con la intención de ayudarle. Cuando se dispuso a cogerla, ella le espetó: 

― ¿Te he pedido ayuda?

Ante aquella reacción, solo pudo levantar los brazos y balbucear:

―Perdón, solo pretendía ayudarte.

No fue el único encontronazo entre los dos jóvenes. Ambos pensaron que no volverían a verse y no le dieron mayor importancia.

Hoy, en su quincuagésimo aniversario, entre risas, rememoran aquella noche en el expreso “Estrella Gribalfaro”.

 Fin del fin…
Llegó…
sé que amanecerá el día
y el sol brillará.
Será el fin del principio
del nuevo comienzo.
Finalizó ya,

el principio y final del fin del ayer.
 
Tendré…
Nuevas páginas en blanco
donde escribir,
inéditos capítulos,
Historias aún desconocidas
e ignorados caminares.
 
Veré…
Miradas amigas
que retornaran sonrisas,
manos extendidas
que el alma acariciaran.

 

Benet da Silva 18 de septiembre del 2022

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 Reflexiones en voz alta

¿En qué piensa mi señor? preguntó Sancho

¡Ay! Amigo Sancho, pensaba en el tiempo que llevamos caminando juntos.

Ambos continuaron cabalgando en silencio, hasta que el hidalgo con un tono más de reflexión en voz alta que de invitación a un dialogo, dijo:

Corre el tiempo, pasa por encima de nosotros, sin apenas percibirlo. Dejando a su paso; un arcoíris de vivencias. Rueda el tiempo, nos sube en su noria, transportándonos en su constante; sube, baja. Nos roza, a veces con suaves caricias, otras arañándonos con sus afiladas garras.

Hizo una breve pausa para tomar aire y prosiguió.

De pronto te das cuenta; que no son gigantes sino viejos molinos, eso sí, con afiladas aspas que, convierten el silbido del viento en guturales y grotescos sonidos que la realidad distorsionan.

De nuevo un breve silencio…

Miras a Rocinante y no queda en su cuerpo un solo hueco para una nueva cicatriz.

Tras varios minutos callado, pregunto a su acompañante.

¿Has observado mi lanza, estimado Sancho? Su punta ya es roma y el asta llena de esquirlas.

Quizás sea hora de abandonar el camino y buscar nuevos quehaceres manifestó el caballero andante.

Benet da silva. 14 de septiembre de 2022

 Bromitas a mí…
Ninguno de los allí presentes notó que había un cocodrilo sobre la mesa del comedor. En cambio, Juan se divertía mientras observaba las miradas interrogantes entre ellos. Les sorprendió aquella invitación.
—Ha sido una pena la muerte del joven cocodrilo —dijo uno de ellos.
—Según el parte del veterinario falleció por causa desconocida —contestó Juan, después, preguntó —¿Qué pasó con el cuerpo? No sé nada de él.
Juan notó la sorpresa que les causó aquella pregunta y tuvo que esforzarse para contener su risa, conocía el motivo de dicha reacción. Ellos intentando gastarle una broma, lo dejaron encima de la mesa de su despacho.
—Dejemos a un lado el trabajo —propuso.    
—La caldereta está espectacular, el pollo está muy sabroso —comentó uno de los invitados.   
—No es pollo, es de pescado, diría que rape o congrio —replicó otro.
—Es una carne especial, alguien la dejó encima de la mesa de mi despacho.
La palidez en los rostros fue unánime…

 


 SABER QUE…

Saber que…,

No hubo camino

si mis huellas en él no están.

La esperanza miente,

cuando se sabe mi única consejera.

Aunque el horizonte sea inalcanzable,

mis pasos han de ir en su busca.

Perder o ganar es indiferente,

si di lo que tenía en cada instante.

Quizás en ocasiones no gané,

pero nunca me perdí.

Benet da Silva 12 de septiembre de 2022

 


transito…

Por la alborotadora primavera
a través de libros caminé,
en aguas bravas
brazadas sin sentido di.

 Transitando el cálido verano,
bailé con la excitante Alyssa
e inciertos senderos leí.

 Ahora en el otoño,
cuando el invierno se aproxima.
Con paso lento
y aún la mirada de un niño,
tránsito a través de sendas
ocultas por las hojas caídas,
en busca de apaciguados estanques.

En ese último recorrido, quizás:
las palabras me abandonen,
las brazadas adquieran sentido,
pero las olas me arrastren.
Tal vez, Alyssa me seduzca.
Aun así, en el bagaje acumulado
hallo razones para decir: ¡VIVÍ!


Benet da Silva 15 de enero de 2022
Corregida 05 de septiembre de 2022

 

 


La más dura batalla de la operación; tormenta del desierto

—Americano, americano…  

Un joven intentaba captar la atención de Santiago, este desbordado por el atroz panorama producto de la última refriega, no percibió esta circunstancia. El chico insistió. Cuando al fin el sanitario le prestó atención y observando que buscaba ayuda en la traducción, dijo en perfecto inglés:

—No es necesario. Yo sé hablar el idioma de Shakespeare. 

Santiago no lograba salir de su asombro.

Mientras curaba sus heridas, el joven paciente le preguntó:

—¿Por qué quieres ser un héroe? ―Y sin darle opción a contestar, añadió —: Antes de venir vosotros; tenía padres, hermanos, amigos y novia. Había superado la prueba de acceso a la universidad. Puedes explicarme: ¿Por qué me habéis arrebatado todo eso?

Estas palabras desencadenaron la batalla más dura a la que se había enfrentado Santiago, desde el inicio de aquella injustificable barbarie. En sus pensamientos combatían por imponerse; la conciencia: «¿¡Cómo puedo participar de esta farsa!?» y la razón: «Necesito un trabajo estable».

 

SUEÑOS LETALES



 Sueños letales

Un día más trotó hasta el viejo molino, se tumbó en el suelo, cerró los ojos y se dejó vencer por el sueño. Repentinamente sintió una respiración que no era la suya y tras escuchar un suave relincho, abrió los ojos. A su lado un extraño caballo con alas le miraba con ternura.

—¿Quién eres tú? — Preguntó sobresaltado.

—Soy Rocinante, tu alter ego en sueños —después añadió —:¿Qué haces dormido a pies de este gigante? En cualquier momento te puede atacar.

Mientras tanto a cierta distancia el dueño de la granja a la que pertenecía nuestro protagonista, se quejaba un día más de la escapada de uno de sus caballos. Aunque sabía dónde encontrarlo, empezaba a estar cansado de sus fugas. Se dirigió hasta el viejo molino en su busca, pero al llegar contempló una dantesca escena; las paredes manchadas de sangre, en las aspas y esparcidos pedazos de lo que fue un hermoso caballo blanco.

 

 


 Deseo feroz

Sus pensamientos se asemejaban a una candela chisporroteante. Aquella joven hurí rehusaba complacerle y eso lo exasperaba. Aquella noche decidió poner fin a su provocación y, en caso de no ceder, dictaría el veredicto. La vendería a aquel indeseable, cuyo aliento olía a letrina, pero pagaba generosamente. «Menudo tinglado de trapicheos maneja», pensó.

Ella entró en la habitación con una túnica de percal como única vestimenta, se acercó a él y dijo:

—Mi señor, hoy siento un feroz deseo de complaceros. Pero antes, permitidme solo contemplar la luna llena.

A media noche, se armó un cisco monumental en el palacio del Rajá, cuando lo hallaron sin vida.

Mientras tanto, ella, no lejos de allí, se miraba al espejo con la vista fija en los dos colmillos cánidos que sobresalían y con los que, de una certera dentellada, perforó su yugular. Luego, con un gesto de desagrado, escupió y murmuró:

—Ni siquiera su sangre es digna de mis labios.

 

La guardiana

Iniciaron el viaje cargados de ilusiones, aunque sin certeza alguna. Desde aquel lejano día habían permanecido juntos, nunca quiso separarse de ella, ni siquiera ahora, que era más que visible el inexorable transcurrir del tiempo. Compartieron polvorientos caminos y noches al raso, aunque también, confortables habitaciones y acerados paseos. Los recuerdos se acumulaban en cada etapa, retazos de vivencias. Como aquel que tenía en sus manos, en el que le había vencido el cansancio, y se quedó dormido, mientras esperaba un café y ella parecía velar su sueño. Continuó unos minutos más mirando antiguas instantáneas, restos del pasado perpetuados en papel fotográfico. Más tarde con cierta nostalgia, fijó sus ojos en aquella vieja mochila y, dirigiéndose a ella, murmuró: «Además de ser la guardiana de mi memoria, fuiste una leal compañera de viaje».

  


MALDITA TELEVISIÓN…

Desde primero de EGB, la asignatura de lengua es la que más teme y en especial el análisis de frases. «Condenada sintaxis», piensa mientras se enfrenta al enunciado del examen. Una suave fragancia desvía entonces su atención. Levanta la vista del papel y busca su origen. Es ella, la chica de la larga y negra cabellera que se sienta justo en la silla de delante. Su estómago comienza a bailar, su mente da rienda suelta a contradictorios pensamientos y sensaciones, que le hacen olvidarse de la evaluación. No entiende por qué su sola presencia es capaz de provocar toda aquella miscelánea de emociones.

Le despierta un lejano runrún que habla de guerra, inflación y precios altos. Abre los ojos y se descubre adulto de nuevo. Entonces murmura: «maldita televisión». Y vuelve a cerrar sus parpados esperando que la realidad sea el sueño y las voces apocalípticas solo una mala pesadilla.


 ¿DÓNDE ESTAMOS?

Cuando importa más:

lo que parece, que lo que es.

Unos dividendos

que la lagrima de un niño.

Es cuando más en silencio,

debemos preguntarnos

¿hacia dónde vamos?


Cuando un niño es obligado

a empuñar un fusil

y no un lápiz.

cuando un niño, siente hambre

no solo de alimentos

y tan solo nos hace sentir lastima.

 

Entonces…

 es cuando más en silencio,

 debemos preguntarnos:

y en que rincón del alma

hemos recluido 

nuestra humanidad...

Benet da Silva 13 de marzo 2022



 


Una madrina muy exigente

Revisar hasta la última tilde de los documentos de toda índole, almacenarlos en el nuevo superordenador y protegerlos con una capa de protección digital, le llevaría semanas. «¿Por qué me tendrá tanta manía?». Pensó la joven.

Días después recibió el aviso de que al día siguiente debía presentarse a primera hora en el despacho del director general de la compañía. Conforme se acercaba el momento de presentarse notaba cimbrear más su cuerpo debido a la tensión, incluso lanzó una plegaria para que aquello no fuera una encerrona.

Cuando entró en el despacho, escudriñó la mirada de la otra persona. Quien la invitó a sentarse, le acerco un documento y dijo:

—Por favor, lea este documento y si está de acuerdo, fírmelo.

No podía creerlo, sustituiría a la “bruja” que también había sido ascendida. Ni lo meditó, estampó su firma y se lo devolvió. El, la miro satisfecho y manifestó:

—Espero que esté a la altura de las expectativas creadas, ha tenido usted la mejor madrina que se puede tener en una empresa, fue su exjefa
quien la recomendó.

 

 

 

 

 

 

 


Sabor a fresa

Con el último café que compartirían, habían asumido que aquel amor era una quimera, brindaron por un futuro pleno de bienaventuranzas para ambos. El paso del tiempo fue apagando la llama de la pasión. Aunque, en los pensamientos de él, siempre quedaron resquicios de la cantarina voz y el caminar bailarín de ella.

Años después, una tarde, mientras curioseaba por una de las redes sociales, un post llamó su atención. La reconoció al instante, al hacerlo en sus labios notó una agradable y cálida sensación. Supo en ese momento que aún no olvidó lo inolvidable, el dulce sabor a fresa que dejó en sus labios, aquel primer y único beso.

 

 

pasaron… llegará… Llegó

Por la alborotadora primavera

a través de libros caminé,

en aguas bravas

brazadas sin sentido.

 Transitando el cálido verano,

bailé con la excitante Alyssa

e inciertos senderos leí.

 Ahora en el otoño,

cuando el invierno se aproxima.

Con paso lento y aun la mirada de un niño

por el camino que las hojas caídas abonan

en busca de apaciguados estanques.

 En ese último recorrido, quizás:

las palabras me abandonen,

las brazadas tengan sentido,

pero me arrastren las olas.

Tal vez, Alyssa me seduzca.

Aun así, en el bagaje acumulado

hallo razones para decir: ¡VIVÍ!


Benet da Silva 15 de enero de 2022

PUNTO DE INFLEXIÓN   Laura continuaba con su nueva vida, la cual comenzó aquella noche cuando se cruzó con la imagen que reflejaba de ella, ...

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