RESEÑA DE JOSE ANTONIO ORTEGA

 “Acabo de leer “El niño y la teta” de Benet da Silva.

Esta va a ser la primera vez que hago una sinopsis de una novela, al menos desde mi punto de vista como escritor.  Hace poco escuché un comentario de un conocido editor, en el que decía que un escritor no debe escribir basándose en experiencias personales. Lógicamente, esta obra es autobiográfica por lo que está fuera de lugar.

Lo que indico con este comentario es que todo escritor refleja en cualquiera de sus obras aspectos muy personales, enriqueciendo con esto la misma. En mi caso, hasta ahora, ha sido así. Lo que ha hecho el autor, a mi parecer, ha sido desnudarse por completo en ella, contar todo aquello que necesitaba soltar y demostrar a todo el mundo que la vida hay que vivirla hacia adelante, aprendiendo de las experiencias del pasado, pero con la mochila vacía. Sin nada que lastre su camino presente. Al leer la obra de Benet da Silva, me han invadido sentimientos muy fuertes. A medida que leía la novela, revivía experiencias propias de mi pasado y sensaciones idénticas. La historia te sumerge en la vida de una persona que arrastra desde la infancia una piedra muy pesada, que condiciona las relaciones con las mujeres que van cruzándose en su vida, que le hace dudar de su sexualidad, que le atormenta constantemente ante la certeza, para él, de que nunca va a encontrar la paz emocional que tanto ansía.

Intuyo que aún quedan capítulos por escribir de esta obra. Tal vez los veamos impresos, tal vez no.

Espero que disfrutéis, tanto como yo, de ella.”



DE NUEVO EN LA MONTAÑA RUSA

Ayer por la tarde os vi a la “peque” y a ti en Vic, parece que habéis superado las diferencias y que pasáis mucho tiempo juntos. No es por inmiscuirme, pero, según tengo entendido, ella tiene novio; algunos compañeros le conocen…―esto último, sonó a advertencia.

No me preocupa, solo somos amigos. Además, según me ha comentado Asunción, él sabe de mí.

No sé lo que ella sentirá por ti, pero a ti se te nota coladito por ella.

Terminado el primer tramo de la jornada laboral, subí a mi habitación. Necesitaba estar a solas y reflexionar sobre las palabras de Santiago. Por primera vez fui consciente de la atracción que sentía hacia Asunción, a pesar de que intentaba solaparlo con la imagen de Julia. Hacía tiempo que mis pensamientos respecto a Asunción sobrepasaban los parámetros de una amistad. Aun así, traté de escudarme en la certidumbre de que ella estaba comprometida y enamorada, como me confirmó en más de una ocasión. Pero no querer rendirme a la evidencia, no constituía el principal motivo para esconder lo que sentía por ella. Entrar en asuntos pasionales era similar a estar subido en una montaña rusa.

 

FRAGMENTO DE LA NOVELA; EL NIÑO Y LA TETA

 
EN LA MONTAÑA RUSA
 







 INSPIRACIÓN

Las busqué en los huecos repletos de recuerdos de mi memoria y fragmenté mis pensamientos en breves ideas. Observé el despertar del sol frente al mar dejando que el salitre envuelto en imperceptible neblina acariciara mi piel. Incluso las intenté vislumbrar en aquel histórico edificio, hasta me dediqué a pensar en las musarañas, por si se confiaban y se dejaban ver. Detuve las prisas con el olor de las altabacas de mi jardín. Pero a pesar de las tentativas, tan solo aparecieron al escuchar tu cantarina voz y observar tu largo y azabache cabello cubrir parte de tu rostro. Fue entonces cuando las musas acudieron a mí y en sus voces escuche la poesía imaginada. 

 


En busca del rostro perfecto

Se quedó dormido mientras, en su imaginación, repasaba los posibles titulares de prensa. Tras un arduo trabajo de investigación e intentos fallidos, en la última tentativa consiguió su propósito. Todos los rotativos hablarían de su novedoso método y el avance que este suponía para la cirugía plástica. En ella, mencionarían su nombre como el del cirujano que había revolucionado dicha especialidad, logrando implantar apéndices del rostro de una persona fallecida a otro ser humano, consiguiendo la total integración tanto estética como funcional de estos. “¡Será la noticia del año!”, se dijo

Un día después, los rotativos destacaban en su primera página la detención de un asesino en serie al que apodaron el cirujano, por su pericia a la hora de amputar partes del rostro de sus víctimas y este al despertar, su habitáculo completamente acolchado y la camisa de fuerza le mostraron su realidad.  

PUNTO DE INFLEXIÓN   Laura continuaba con su nueva vida, la cual comenzó aquella noche cuando se cruzó con la imagen que reflejaba de ella, ...

RETAZOS