“Acabo de leer “El niño y la teta” de Benet da Silva.
Esta
va a ser la primera vez que hago una sinopsis de una novela, al menos desde mi
punto de vista como escritor. Hace poco
escuché un comentario de un conocido editor, en el que decía que un escritor no
debe escribir basándose en experiencias personales. Lógicamente, esta obra es
autobiográfica por lo que está fuera de lugar.
Lo
que indico con este comentario es que todo escritor refleja en cualquiera de
sus obras aspectos muy personales, enriqueciendo con esto la misma. En mi caso,
hasta ahora, ha sido así. Lo que ha hecho el autor, a mi parecer, ha sido
desnudarse por completo en ella, contar todo aquello que necesitaba soltar y
demostrar a todo el mundo que la vida hay que vivirla hacia adelante,
aprendiendo de las experiencias del pasado, pero con la mochila vacía. Sin nada
que lastre su camino presente. Al leer la obra de Benet da Silva, me han
invadido sentimientos muy fuertes. A medida que leía la novela, revivía
experiencias propias de mi pasado y sensaciones idénticas. La historia te
sumerge en la vida de una persona que arrastra desde la infancia una piedra muy
pesada, que condiciona las relaciones con las mujeres que van cruzándose en su
vida, que le hace dudar de su sexualidad, que le atormenta constantemente ante
la certeza, para él, de que nunca va a encontrar la paz emocional que tanto
ansía.
Intuyo
que aún quedan capítulos por escribir de esta obra. Tal vez los veamos
impresos, tal vez no.
Espero
que disfrutéis, tanto como yo, de ella.”