INSPIRACIÓN
Las busqué en los huecos
repletos de recuerdos de mi memoria y fragmenté mis pensamientos en breves
ideas. Observé el despertar del sol frente al mar dejando que el
salitre envuelto en imperceptible neblina acariciara mi piel. Incluso las
intenté vislumbrar en aquel histórico edificio, hasta me dediqué a pensar en
las musarañas, por si se confiaban y se dejaban ver. Detuve las prisas con el olor
de las altabacas de mi jardín. Pero a pesar de las tentativas, tan solo
aparecieron al escuchar tu cantarina voz y observar tu largo y azabache cabello
cubrir parte de tu rostro. Fue entonces cuando las musas acudieron a mí y en
sus voces escuche la poesía imaginada.
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