RESURRECCIÓN
Al despertar, la oscuridad
era tan densa que apenas le dejaba respirar. Intento abrir los ojos, pero los
parpados no obedecían la orden de su cerebro, además algo los oprimía. Pasados unos
minutos recordó el incidente del día anterior; mientras paseaba en bicicleta y pedaleaba
embelesado por el contraste de contemplar algunos árboles diseminados de forma
aleatoria, con ramas cubiertas de verdes hojas, respecto a la planicie de un homogéneo
color amarillo oro, que ofrecía la sabana, además, le llamo la atención observar
a lo lejos algún felino y otros ejemplares sueltos de distintas especies. Sin embargo,
de lo que no se percató fue de aquella mole que se le acercaba trompa en ristre
y a toda velocidad, cuando quiso reaccionar, ya no tuvo tiempo de esquivarla y el
elefante lo atropello, el empuje del paquidermo esparció pedazos del biciclo y
al él en medio del camino.
Con
la intención de explicarse la coyuntura en la que se encontraba, comenzó a
barruntar probabilidades, una de ellas fue; Quizás lo encontraran inconsciente y
lo creyeran muerto, dado el estado en que el que estaba su bici y su inconsciencia,
asimismo, con toda probabilidad habría algún buitre revoloteando cerca a la espera
del momento propicio para iniciar su ingesta diaria, señal inequívoca de un cadáver
cercano. tal vez ahora estaría en alguna de las casillas de una morgue a la
espera de que su esposa viniera a reconocer el cuerpo, si ella no acudía pronto,
su muerte por asfixia seria segura. ‹‹a quien se le ocurre salir solo por estos
parajes››, pensó a modo de autorreproche. A continuación, se entristeció cuando
se acordó de la mutua promesa de envejecer juntos, si terminaba falleciendo, él
no podría cumplir su parte del mencionado compromiso. Este pensamiento le provocó
un arrebato de romanticismo y decidió buscar palabras para componer un poema de
amor para su esposa, por si conseguía salir de ese entuerto y poder recitárselo,
‹‹ como mal menor, dejaré de pensar en mi situación››, murmuró. Durante un buen
rato logró distraer sus pensamientos con aquel pasatiempo, incluso pudo crear
una poesía de varias estrofas.
Aquel
viaje era el que tenían planeado para su luna de miel, proyecto que habían comentado
más de una vez con sus respectivos padres, en el trascurso de los preparativos de
la boda, y estos decidieron que sería el regalo de bodas de los cuatro y si no
lo remediaba su esposa el desenlace, seria dramático. Algo debió pasar por su cabeza
puesto de repente dirigió sus manos hacia sus ojos, los palpó y retiro las anteojeras
que los cubría. Se las había colocado la noche anterior para evitar que la luz
del amanecer lo despertara. ‹‹Uff, que susto››, fue su primera reacción.
Su
memoria le había jugado una mala pasada y el olvido le proporciono una
divertida anécdota que contar al volver a casa. Después se asomó al balcón de
la habitación del hotel y respiro profundamente, se estirazo y sonrió, pensando
que esa mañana visitarían la sabana en una de las excursiones programadas, con guía
y vehículos apropiados, incluidos. Sus labios
exhalaron un profundo suspiro de alivio.