Pasé muchas mañanas escuchándolas
comentar la actualidad del pueblo, siempre me fascinó lo hábiles que eran a la hora de interpretar cual obra de teatro cualquier suceso, hasta el punto de imitarlas en
alguna ocasión. Tanto mi madre como sus dos vecinas eran tres expertas del
chismorreo, aunque a veces su trivial y pérfida verborrea me indignaba. Por ello al iniciar mis estudios universitarios
me propuse hacer de la veracidad mi sello profesional.
En cambio, hoy podría ocupar
un lugar entre de los personajes del cuadro que cuelga en la pared de mi apartamento,
titulado: ¨Chisme vecinal¨. Pues sigo la
estela de las tres comadres del barrio donde transcurrió mi niñez, en uno de
esos programas televisivos de cotilleo. Cuestión de supervivencia,
No hay comentarios:
Publicar un comentario