Olvido fatal, coito interruptus

Aparecieron en tropel, al igual que hacen los caracoles cuando asoma el arcoíris tras un chaparrón. Y aunque era algo cotidiano, la duda de como zafarme de aquel entuerto, martilleaba mi cerebro como el herrero lo hace con el yunque y me impedía disfrutar de un placer similar al satisfacer el deseo carnal. Además, daba la impresión de que habían sellado un tácito acuerdo respecto a sus apetencias. Y yo, sin azafrán para el arroz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

PUNTO DE INFLEXIÓN   Laura continuaba con su nueva vida, la cual comenzó aquella noche cuando se cruzó con la imagen que reflejaba de ella, ...

RETAZOS