EN SUS LABIOS....



 

CON UNA SONRISA

Al llegar el anochecer, Javier observaba como caía el relente y el brillo que desprendían las gotas al recibir la luz del foco exterior, en momentos desviaba su mirada hacia la valla que cercaba el corral de las cabras.

«aborrezco a esos sucios animales y su deleznable olor», pensó.

Además, de robarle su libertad, le apartaron de Gabriel, a pesar de intentar suadirlo, de que no se bebiera la leche cruda. De nuevo se centró en la caída del rocío con el fin de apaciguar su nerviosismo, había decidido no perpetuar su soledad y hoy, volvería a contemplar, el rostro de su amado querubín y su tierna mirada.

Se encaminó a la mesa, engulló los somníferos y se tumbó en la cama, y en su último sueño, pudo preguntarle:

¿me recuerdas?

Un beso de Gabriel fue la respuesta.                                  

La mañana siguiente encontraron su cuerpo sin vida, en sus labios una mueca parecida a una sonrisa.

 

 

BAILAN LAS PALABRAS

 

Bailan las palabras

 

Verde extensión

frente a mí,

en ella, el ufano sol

al igual que narciso

busca su reflejo.

Un destello de brillo

cierra mis parpados.

Me pierdo,

y no sé,

si es el mar,

o son tuis ojos

lo que describo.

 

Ante mi

bailan palabras,

jactándose en histérica

coreografía,

que son ellas

la exacta definición

del amor.

Se mezclan,

van, vienen,

componiendo una burlesca

amalgama de palabras

sin sentido alguno.

Y ya, no sé,

si estoy…

Despistado

 dispestado,

dospidtade,

despastido,

potistado,

tepistado.

 

Pero al despertar, supe que;

tan solo tus ojos,

pueden reflejar

el brillo del amor

de tan exacta manera.

Y que la definición

del amor…

en tu mirada está.

 

Benet da Silva 15 de abril de 2020










 

LA DESCONOCIDA

 LA DESCONOCIDA

A pesar de que trataba de cohibir sus pensamientos, no
dejaba de pensar en el último carnaval. Además de la afonía causada por el exceso de euforia, el rubor coloreaba sus mejillas solo recordar la bacanal en la que se vio inmerso con aquel deslavazado grupo por el que se había dejado enrollar. Sin embargo, esto solo hubiera sido una anécdota más, de no ser por la mirada de aquellos ojos verdes en los que la pasión acercaba sus iris a esa especie de istmo que une la nariz a la frente y se había grabado a fuego de manera indeleble en su memoria.
Ni siquiera conocía el nombre de la desconocida que había despertado en él, eso que llaman amor y que llegó sin avisar, pero con un inusual y estruendoso; tuc tuc en su corazón.

PUNTO DE INFLEXIÓN   Laura continuaba con su nueva vida, la cual comenzó aquella noche cuando se cruzó con la imagen que reflejaba de ella, ...

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