Por un momento
paro, me siento
Y miro.
atrás
veo tu rostro,
delante
los suyos.
sosiego, incertidumbre
temor, ilusión,
acuden a mi.
Sentimientos
contrapuestos se amalgaman
en mi ser.
Cierro los ojos
Para de nuevo verte,
cierro los oídos
para de nuevo escucharte.
Abro los ojos
Y los miro,
Abro los oídos
Y atentamente los escucho.
Y sentado,
sigo caminando,
con el sosiego que me trae
tus sabias y honestas palabras,
acallando incertidumbres
creadas por ignorantes voces
de falsos profetas,
anunciando,
engañosas libertades.
Me detengo
junto a ellos
los miro,
y el temor
se torna ilusión,
que me da la certeza
de haberte aprendido,
y aquel equipaje
del que un día me proveíste,
hoy me permitirá
tenderles mi mano
en su propio
caminar.
Benito da silva 4 de enero 2011
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