OBJETO DE DESEO


La desmedida pasión les dejo exhaustos. Unos minutos después, Pedro dijo:

     --La cena, ¡deliciosa! Y tu piel, le ha dado el punto justo de sal a las fresas.

     --¿Te atreves a experimentar? Conoces mi objeto de deseo, y yo, tus fantasías --propuso María, con voz provocadora.

      --Eres muy traviesa… ―murmuró él.

      Una tarde tocaron en la puerta, María abrió y una masculina figura, dijo:

     --Buenas tardes. ¿María Sánchez?

     Sus ojos la fotografiaron al instante y pensó: «¡Cómo a mí me gustan!»; Cuerpo fornido, ojos verdes y tez morena.

      --Sí, te esperaba --respondió y le invitó a entrar.

       Unos minutos más tarde llegó Pedro y tras besarla, preguntó:

       --¿Cariño, ha llegado?

       --Sí. En la cocina nos espera.

       --¿Qué te parece?

       --Me conoces bien ―contestó.

       Entraron en la estancia, ambos lo miraron y María sugirió:

       --¿Lo estrenamos…?

       Ella cogió un brik de nata y mientras esta montaba, los dos coincidieron:

       El multiuso y ellos formarían un trío muy divertido.

 


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