Sentado en el sofá, releía el papel que tenía en
las manos. No encontraba el sentido a la frase que estaba escrita en él, puesto
que, fue tan solo un encuentro esporádico.
Conoció a una chica a través de una de las
aplicaciones de contactos, se vieron la noche anterior y la química entre ellos
surgió de forma instantánea. La cita acabó en su dormitorio y al despertarse la
joven se había marchado dejándole aquella extraña misiva.
Tras aquellos minutos de confusión, se levantó y
comenzó a recoger la ropa esparcida por el suelo, al coger sus pantalones notó
que le faltaba la cartera. Fue a su habitación, su pequeña caja de seguridad
también había desaparecido.
Se quedó quieto, una sarcástica sonrisa se
dibujó en sus labios. Acababa de comprender por qué la nota decía así: “Gracias
por tu generosidad”.
¿A ellos o a
nosotros?
Aún resonaban en su cabeza, le vetaron el
deleite de observar la lluvia de perseidas que alumbraban la noche y el olor a
espliego que desprendía la hoguera. El autocontrol y frialdad que mostraban las
palabras de aquel niño, le impresionaron e hicieron que se preguntara: “¿A
quién debemos educar?, ¿a ellos o a nosotros?”
Tras leer la carta, decidió dejar sus
vacaciones en suspensión y viajó hasta Mali. Su camarada lo esperaba junto a varios
muchachos del poblado. Comenzó a repartir algunos juguetes. Intentó darle uno a
un chico que mostraba síntomas de vitíligo y vestía una túnica de tela, pero
este lo despreció, le preguntó algo en idioma propio y se marchó. Unos minutos
después regresó, dejó sobre la mesa un fusil y dijo algo en su lengua.
A continuación, su compañero le
contó que, aquel infante fue uno de los cachorros de las milicias, los llamados
“niños soldado”, además, tradujo la pregunta y posterior respuesta del chaval.
Según él, aquella peonza no servía para
defender a su familia, en cambio el fusil, sí.
Benet da Silva 5 de octubre del 2021
Utopía
Sí, algún día sucederá…
Se abrirán las
alamedas, por ellas no pasearán, hombres o mujeres; hetero u homosexuales; negros
o blancos; católicos o islamistas. Llegará el tiempo en que por ellas, solo
caminaran sin etiqueta alguna, seres humanos.
Benet da silva 1 de octubre del 2021
DOS VERSIONES
Un hermoso regalo
El cocinero civil del cuartel me
encomendó una parte del menú. Junto a otros reclutas debíamos freír unas empanadillas,
leí las etiquetas y notifiqué una
anomalía en el etiquetaje, tras cerciorarse detuvo la tarea hasta nueva orden. El
resto delgrupo preguntó qué ocurría y
tras unos instantes acordamos no continuar con nuestra tarea.
El oficial
encargado de cocina, ordenó arrestarme, según él, por inducir a la sublevación.
Además consiguió amedrentar al resto, y detener el desorden
que se había generado.
Tras unos días
en la penumbra de una celda, supe que todo el
cuartel se negó a comer las empanadillas y a aquel pelagatos
con estrella, se lo había llevado la policía militar. Y aunque, él solo era un
reflejo de la podredumbre en esta institución, no
le zurcirían más estrellas en su uniforme,
aceptar dádivas le costó caro. El respeto y
agradecimiento fue el hermoso regalo que recibí
de los otros soldados.
Por unas empanadillas…
Al quedarse dormido, la mente de
Pedro activó el teletransportador que son los sueños…
Caminaba
escoltado por dos soldados que lo llevaron al cuerpo de guardia. Una vez
concluido el correspondiente papeleo lo encerraron en un calabozo.
Tres
días después, unos quinientos reclutas mostraban síntomas de intoxicación. Habían ingerido alimentos en mal estado. Él advirtió sobre esta posibilidad e
incluso tiró varias raciones a la basura. Este hecho fue la causa que esgrimió
el oficial de cocina para encerrarlo.
Dos
días más tarde de este suceso, abrieron la puerta de la celda, en ese instante
se despertó. A continuación, se incorporó sonriendo, mientras recordaba el
final de la historia.
Después
del periodo de adiestramiento le destinaron como asistente personal de un alto mando. Además, en la despedida, recibió el agradecimiento de sus compañeros. Por otro
lado, el oficial en cuestión no volvería a lucir estrellas en su uniforme.
Unas
empanadillas caducadas dieron un giro radical al devenir de ambos.