QUIÉN NO SE CONSUELA…

La multitudinaria manifestación copaba las portadas de los periódicos. Esta noticia me facilitó en gran medida la programación de la clase de filosofía, me limité a pedir a los alumnos un comentario sobre la misma. Uno de ellos me sorprendió: 

Me contrarió ver el circuito de mi paseo dominical ocupado, me subí a uno de los árboles para divisar la magnitud de aquella aglomeración de personas. Desde las alturas, vi una perfecta y homogénea formación de paraguas azules que simulaba un mar en calma cuyo fin se perdía en el horizonte, donde el sol comenzaba a mostrarse. Por un instante dejé volar la imaginación y esta creó la ilusión de estar contemplando el amanecer a la orilla del mar. Lo que en un principio parecía un inconveniente, me propició un imprevisto e inmejorable inicio de aquel domingo».

Para mi sorpresa, aquel joven, de apariencia despistada, resultó ser un aventajado alumno de Zenón de Citio y su estoicismo.

 

SUEÑOS IRREALIZABLES

 


INFANTILES SUEÑOS AHOGADOS EN REALIDADES

En el momento que,

el ruido ensombrece la mirada

 la oscuridad enmudece la palabra

el hastío produce hambre de utopías

y la somnolencia vence a la indignación.

Morfeo acude y en sus brazos sueño;

para las ideas cárceles no existen,

tampoco guetos para diferentes.

Tan solo en la ficción

el miedo habita

Y el crecer desplazó al tener.

Mas al abrir los ojos,

negras almas continúan vociferando

niños usan lápices que pintan muerte,

mientras cucharadas de temor e ignorancia

engullen de usureras manos.

Benet da Silva 2 de noviembre de 2020

casualidad o causalidad


 ¿BÚSQUEDA CASUAL O CAUSAL?

Coincidieron en la puerta de la librería, se saludaron por pura cortesía sin mirarse, su atención estaba centrada en los libros antiguos que llenaban el pequeño tenderete. Tras unos instantes de inspección, ella alargó la mano con la intención de coger uno de los ejemplares, pero esta tropezó con la del joven, ambos habían elegido el mismo. Durante unos instantes sus miradas se cruzaron y el silencio se adueñó de la escena. Fue él quien lo rompió para cederle el tomo elegido, deferencia que ella agradeció mientras se dirigía al interior de la librería. Él parecía haberse quedado paralizado, sin embargo, sus pensamientos lo transportaron hasta aquel colmado en el cual, unos años atrás, vio por primera vez aquella intensa mirada.

Al ver salir a la chica, preguntó:

—¿Julia…?

Al oír su voz, sus recuerdos la llevaron a aquella mañana en la que tuvo que repetirle tres veces:

—Son cien pesetas, me las das por favor.

 


LAURA Y SANTIAGO EN SANT CEBRIA DE VALLALTA


 Sant Cebrià de Vallalta
El pasado 26 de enero, Laura y Santiago una vez más se aceptaban el reto de someterse al escrutinio de un exigente público entre el que se encontraban varios escritores y con el añadido de la dificultad de mostrarse y expresarse en un idioma distinto de lo habitual. No obstante, puede decirse que el veredicto fue más que benévolo. Desde aquí, tanto quien escribe, como ambos protagonistas, queremos agradecer a ESTHER GIRBAU, verdadera alma mater de este magnífico encuentro entre letras, como también a EVA, responsable de actividades culturales del CASAL DEL AVI de Sant cebría. Un pequeño pueblo de la costa catalana en la comarca del Maresme, el cual es un maravilloso enclave para cualquier tipo de actividad, ya sea de ocio o bien, de la misma índole que se celebró el pasado fin de semana.
 


      Cuando se dibuja la primera letra de lo que uno pretende que llegue a ser una novela, tiene en su cabeza el dibujo perfecto, claro está, que para uno lo es. Sabe qué personaje o que tono usara en cada centímetro del lienzo que es el folio en blanco que tiene delante. Sin embargo, en ese primer borrador que dibuja en su cabeza, ni prevé, ni tan siquiera imagina que cada uno de los personajes tomarán vida propia para ser ellos los que decidan donde y cuando aparecerán, tal y como ocurrió de nuevo en el CASAL DEL AVI, de Sant cebría. 
LAURA
       Laura desde un principio dio muestras de que sería ella y solo ella quien decidiría qué contar, cuando y de quién. Durante muchos años ocultó la verdad, por consideración y respeto hacia aquellos que le habían puesto piedras en el camino, pero había decidido tomar las riendas de su vida y para ello necesitaba abrir la caja de pandora y liberarse de sus viejos fantasmas atribuyendo a cada uno de estos su responsabilidad y poder cargar con la suya propia.

SANTIAGO (párrafo del prólogo de EL NIÑO Y LA Y TETA)
       Santiago bucea en las profundidades de los rincones más escondidos de su inconsciente. Sin embargo, decir que se enfrenta a los fantasmas de su infancia o adolescencia, sería, además de quedarme corto, caer en el tópico. Todos sabemos que los fantasmas no son nada si se les quita la sábana y Santiago no se limita a ir quitando sábanas, revolviendo recuerdos, más o menos reprimidos. En mi opinión, como testigo del imponente trabajo que lleva a cabo, y desde mi óptica de psicoanalista, “construye” su novela resolviendo un gigantesco crucigrama en sentido contrario. Es decir, en apariencia el crucigrama lo tiene resuelto, pero desconoce el significado de las palabras que contiene, con la salvedad de que dichas palabras no las va a encontrar en ningún diccionario. Su única opción para descifrarlo es buscar las definiciones sumergiéndose, capítulo a capítulo, en ese gran desconocido y caótico lugar de su inconsciente, en el que, para conseguirlo, debe de enfrentarse a sí mismo una y otra vez.

 

   

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PUNTO DE INFLEXIÓN   Laura continuaba con su nueva vida, la cual comenzó aquella noche cuando se cruzó con la imagen que reflejaba de ella, ...

RETAZOS