No,
no fueron esos instantes de pasión que encendieron cada poro de nuestra piel. Y
sí, si creí tu cuento de princesa herida y sin motivo desheredada. Pero fue tu
mirada la que quedó grabada cuál tatuaje en mi corazón, esa que lanzaste en
forma de sonda a las profundidades de la mía, aquella tarde en la cual el cielo
pintaba en claro azul cobalto.
Hoy quisiera inventar un sueño, en él, no seré un simple peluche que un día usaste de almohada ni mi piel añorará la liviana quemadura de tus caricias y tal vez, aceptaré la maldita coherencia de la realidad. Tú no estás y mi fastidio me impedirá una noche más, soñar que no son las frías sabanas quien acaricia mi desnudo cuerpo.
*BENET DA SILVA 23 DE DICIEMBRE DE 2023
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