EN EL JARDÍN
de pie, mirando al horizonte.
Desnudo, dejando que el sol bañe mi piel.
Rompiendo mi soledad, la brisa del mar.
Abriendo los ojos al perfume de la vida.
Aquí, justamente aquí,
en el jardín de la vida,
erguido aún estoy.
en las orillas entona,
su sinfonía de colores sin fin.
Amarillos, anunciando un adiós no esperado.
Delicados, violetas, verdades, me hacen intuir.
Blancos deslumbrantes de sonrisas sin descubrir.
Insinuantes verdes, esperanzas maquillan.
Serenos azules del alma, alentadores.
Amenazan también, grises en el horizonte
sí, un sueño fue,
o sí, tal vez divagué.
Pero vi que en el jardín de la vida,
la vereda continua.
al final de lo caminado
y en el principio
de lo no andado.
¡Comprendo!
¡ES SEGUIR…!
Corregida 23
de febrero de 2024
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