CASA DE ACOGIDA
Soledad recibió la visita de su sobrina Dolores, junto a dos pequeñas: Clara, de poco más de tres años, y un bebé que ni siquiera llegaba al mes de vida.
aparecer, Dolores visitó de forma inesperada a su tía.
El encuentro resultó desagradable para Soledad, Dolores
venía en busca de su hija y, a pesar de casi haber
suplicado que no se la llevara, su sobrina no cedió.
PRINCIPIO DEL FIN
La niña giró la mirada y en ese momento intuyó
que aquella mujer tenía relación con la tristeza de su
—Mami, ¿quién es esta mujer?
Pero fue la aludida quien respondió.
—Soy tu mamá. ¿No te acuerdas de mí?
—No, mi mami es ella —protestó Laura mientras
miraba a Soledad buscando respuestas.
Fue Dolores quien respondió:
—No, tu madre soy yo y te vas a venir conmigo.
Se acercó a la niña con la intención de cogerla por
el brazo, pero esta se escondió detrás de Soledad.
PREPARANDO UNA ENCERRONA
Por otro lado, Dolores daba los pasos necesarios para atrapar a Laura en su tela de araña, llamó a Pilar,
su sustituta en la regencia del pub donde ella había trabajado. La excompañera se alegró al reconocer su voz.
—¡Dolores, vaya alegría! ¿Qué me cuentas?
Necesito un favor.
—Si está en mis manos sabes que lo haré.
Le explicó la situación de su hija y la necesidad de que aportara a la maltrecha economía familiar, además le advirtió:
—En un principio no estará dispuesta a prestar los servicios extras y habrá que «motivarla», ya sabes a qué me refiero…
No hay comentarios:
Publicar un comentario